José Garrido Lapeña, veedor

L.- cuarentaños

 Esta semana, no estoy seguro del día, creo que fue el 19 pero me parece extraño empezar un viernes, cumplo 40 años de trabajo ininterrumpido como fotógrafo (bueno, primero fui ayudante, luego ayudante y por fin, más tarde ya fui fotógrafo).

Pero no, de momento no voy a hacer una retrospectiva, simplemente una entrada recordatoria y con fotos actuales que recuerdan que el tiempo y la fotografía son dos curiosos aliados.

Quiero citar a los que han sido mis maestros directos: Álvaro García (en el colegio), Juan María Ibañez (en su estudio de la calle Montera 21) y José Ignacio Ruiz-Vernacci (en la calle Piamonte).

Por supuesto a lo largo de mi vida he aprendido de mucha más gente (de algunos incluso lo importante que es no hacer las cosas como ellos), pero estos tres son los que pusieron los pilares.




5 comentarios:

Anaximandro dijo...

40 añazos trabajando es un puntazo, aunque sea en algo tan estupendo como la fotografía. Me ha gustado eso de no hacer las cosas como los demás aunque sean tus maestros. Lo bueno es que seguimos aprendiendo; yo de ti, bastante, y más que aprenderé.
Un abrazo.

José Garrido Lapeña dijo...

Ves, tienes razón, hay que seguir aprendiendo; yo a escribir porque esa fase era una cuña para los malos maestros, los que te quieren enseñar lo que no saben y que son tan diferentes de los verdaderos maestros como los tres que cito.
Mi experiencia me dice que de quien puedes aprender, puedes aprenderlo todo y de quien no puedes aprender, mejor no aprender nada.
Por otro lado también comparto tu lectura y creo que los maestros no deben ser copiados ni deben incitar a ello.
Por otro lado son años trabajando de fotógrafo o similar, antes trabajé en otras cosas y sitios.
Otro abrazo

José Garrido Lapeña dijo...

¿cuantos lados tiene la cuestión?

Anaximandro dijo...

Todas las cosas son poliédricas, que se dice mucho ahora. Pero en este caso el problema ha sido mis malas entendederas. Pero no copiar de nadie, sino inspirarse, también está bien, no?

José Garrido Lapeña dijo...

Hombre, no solo está bien sino que es inevitable, lo que nos gusta, nos gusta.
Por otro lado (seguimos con el poliedrismo) una buena copia fácilmente es mejor que una mala idea.